La necesidad de
facilitar la prescripción y dispensación de determinados medicamentos para
ciertos colectivos de enfermos crónicos (diabéticos insulinodependientes, niños
con déficit de hormona de crecimiento, etcétera), que requieren una
prescripción continua así como la conveniencia de que en los tratamientos
ordinarios se pueda prescribir más de un envase de determinadas especialidades
farmacéuticas clasificadas en el grupo terapéutico R05C1
<Expectorantes, incluidos mucolíticos con antiinfecciosos> o de especialidades
calificadas de Diagnóstico Hospitalario, aconsejan llevar a cabo las oportunas
modificaciones de la referida Orden.
Se podrán dispensar de 1 a 4 envases por vía parental.
Farmacoterapia
mucolítico-expectorante
FARMACOTERAPIA DE LA
SECRECIÓN BRONQUIAL
El empleo de
fármacos modificadores de la secreción bronquial tiene como objetivo facilitar
su expulsión cuando las condiciones del proceso de secreción y transporte están
alteradas, de forma que se complica la eliminación del esputo. Así ocurre en
las bronquitis crónicas, la mucoviscidosis, el asma bronquial y las
bronquiectasias (dilatación permanente de las vías aéreas, expectoración
superior a los 20 ml/24 h). Sin embargo, no deben utilizarse en infecciones
agudas bacterianas o virales, o en enfermos con bronquitis reactivas a
sustancias irritantes que disponen de buena capacidad para vaciar su secreción
traqueobronquial espontáneamente.
Los fármacos que
modifican la secreción bronquial lo hacen como:
- Mucolíticos:
fármacos que modifican las características fisicoquímicas de la secreción
traqueobronquial de forma que la expectoración resulta más eficaz y cómoda. - Expectorantes: fármacos que activan la
expulsión del esputo, bien aumentando su volumen hídrico o bien estimulando el
reflejo de la tos. En la práctica, la distinción entre mucolítico y
expectorante no es tan evidente. La acción irritante bronquial para estimular
la expulsión del esputo suele provocar la actividad de las glándulas
secretoras, con el consiguiente aumento de la cantidad y fluidez del moco
bronquial. La fluidificación de la secreción que producen los mucolíticos
también puede considerarse como una ayuda a los mecanismos fisiológicos de la
expectoración. Por ello se puede hablar también de mucosecretolíticos o mucoexpectorantes.
MUCOLÍTICOS
Se denominan
mucolíticos aquellas sustancias que tienen la capacidad de destruir las
distintas estructuras quimicofísicas de la secreción bronquial anormal,
consiguiendo una disminución de la viscosidad y, de esta forma, una más fácil y
pronta eliminación. La fluidificación del moco reduce la retención de las
secreciones y aumenta el aclarado mucociliar, disminuyendo con ello la
frecuencia e intensidad de la tos.
Mecanismo
de acción y clasificación
Los
mucolíticos actúan por:
-
Disminución de la tensión superficial.
-
Alteración de las fuerzas de asociación intermolecular.
- Ruptura
de las fuerzas de cohesión intramolecular.
Los
agentes mucolíticos se pueden clasificar en los siguientes grupos:
-
Enzimas: tripsina, dornasa.
-
Productos azufrados: N-acetilcisteína, S-carboximetilcisteína, MESNA,
letosteína, citiolona.
-
Compuestos sintéticos derivados de la vasicina: bromhexina y ambroxol.
- Agentes
tensioactivos: propilenglicol, tiloxapol.
Con algunos
de estos medicamentos se ha puesto de manifiesto una actividad in vitro que
no se ha podido demostrar in vivo. Junto a estudios que han mostrado
mejorías clínicas y de los parámetros de la viscoelasticidad, existen otros que
no han demostrado beneficio alguno.
Bromhexina,
ambroxol y N-acetilcisteína son los mucolíticos que presentan mayor eficacia,
así como el mercaptoetan-sulfonato sódico (MESNA) cuando es aplicado in
situ (tabla I).
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